A modo de Intro…

El tamagochi fue un símbolo del fin de la civilización occidental tal y como la conocemos. Así como con muchos otros símbolos e indicios «nostradamusianos», que profetizaban lo que se está dando en el mundo: el apocalipsis tecno-económico, la crisis social, y la toma del poder de los inconscientes. Y yo escribo un blog. Dispuesto a pasar a la historia sin ser mencionado en ella. A fin de cuentas es lo que pretendo. Soy contingente, particular, individual, una mihaja en un plato de migas. Vórtice: porque la vida es movimiento. Solipsista: porque es conmigo, de mi, y para mi; que alguien más lo lea es accidental. Dialéctico: porque la naturaleza humana no es otra cosa que conflicto, y lo más normal es que sea dentro de uno mismo, ya que somos pura contradicción.

A veces es necesario ser algo malo, y no es que diga que el Diablo sea malo. Lo que si puede que sea malo es fijarse en los detalles. El Diablo es un pobre y humilde funcionario, lo que pasa es que se encarga del papeleo más terreno, o sea, los detalles de la vida, las penas y alegrias, querencias y extravíos, cábalas y cicatrices.

Pues sea mi diablo…

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