La responsabilidad política (I): Orígenes

[Tom Waits – I’m still here]

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El més pasado lo dediqué al concepto de justicia en la comunidad política a través de la crítica de Rawls. Este mes lo voy a dedicar al concepto de responsabilidad política, tocando distintos aspectos, desde los más abstractos a los históricos o concretos actuales. Uno de los conceptos más peliagudos dentro de la filosofía es el concepto de “responsabilidad política”. Y aún más dentro de la propia política más que en la filosofía. Esto se debe a que la responsabilidad de la acción política no suele atender tanto a la naturaleza de un estado, sea cual sea su sistema de gobierno, como a las relaciones internas que articulan la toma y ejecución de decisiones y a la forma en que estas afectan a la comunidad. Mientras que para conocer la naturaleza de un gobierno se suele mirar a instancias previas que lo definen, hay que indagar en las fórmulas concretas de actuación a posteriori para saber de qué manera se ve representada una responsabilidad en las acciones políticas. Hablar por lo tanto de responsabilidad política en abstracto puede resultar confuso mirando a los sistemas de gobierno y estados actuales concretos, porque parece estar poco definido. La responsabilidad recae más en una serie de clausulas legales y fórmulas administrativas que en una verdadera responsabilidad moral (y según los términos, material) como se puede entender normalmente la responsabilidad, es decir, la adquisición de una “deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal”. Hacerse responsable de algo consiste en reconocer las acciones de uno mismo y en caso de perjuicio hacerse cargo de ellas, y repararlas. Está implícito en esta definición también el carácter de “madurez” de la persona responsable, ya que el niño o el loco no se hace cargo de uno mismo, mientras que en la persona madura se supone una capacidad auto reflexiva y consciente de sus actos, que los reconoce y los acepta libremente. Sin embargo, en política este concepto tiene otro cariz.

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La Cámara de los Comunes

Si miramos a la historia para buscar el origen no sólo de la definición moderna de este concepto sino de la mayoría de conceptos políticos actuales tenemos que ir a la Inglaterra del s. XVII. Surge, curiosamente, como consecuencia de una responsabilidad penal, aunque esa fórmula parece haberse perdido. Aunque se venía desarrollando desde el s. XIV, será en el s. XVII cuando se consolide el procedimiento del “impeachment”, un procedimiento de votación que podía alcanzar a una persona en su vida o en sus bienes, incluso cuando ninguna ley penalizaba los hechos que se incriminaban a un político. Su función era semejante a la moción de censura a título individual, pudiendo afectar a miembros particulares de cualquiera de las Cámaras. Lo que se enjuiciaba era la improcedencia de unas acciones o declaraciones que hubieran afectado sustancialmente al desarrollo del gobierno o de un proyecto gubernamental. Esto se debe principalmente en que, hasta la llegada de los Estuardo y posteriormente la Casa de Hannover, el gobierno inglés se formaba por “ministros individuales”, que aconsejaban al monarca en distintos aspectos, no como un único cuerpo de gobierno, entonces el enjuiciamiento individual era posible. Pero la incompetencia de la Casa Hannover en las labores de gobierno durante el s. XVIII obligará a los distintos gobiernos formados en este siglo a cambiar su estructura, formando un “Gabinete”, es decir, una cámara de gobierno unitaria, como un cuerpo común. Antes, la destitución de ministros individuales recaía en el monarca, pese a la existencia del procedimiento de “impeachment”, aunque también funcionaba particularmente. Pero a partir de la consolidación del Gabinete de gobierno como un cuerpo único, este se hacía colectivamente responsable ante el Parlamento. La responsabilidad política aparece pues como dar cuenta ante el Parlamento, siendo susceptible ser echado del cargo.

Recapitulemos. La forma de responsabilidad política que aparece en Inglaterra resulta una “cuestión de confianza” de los representantes de los electores y el gobierno. Si bien al principio se contemplaban las acciones particulares de los ministros que causaran un perjuicio a la nación, pudiendo ser enjuiciado penalmente por acciones políticas ilícitas, el “impeachment” evoluciona hacia la cuestión de confianza, que excluía las represalias penales, debiendo el cuerpo de gobierno responder únicamente por sus decisiones ante el Parlamento, arriesgándose a la destitución (u obligación de dimisión) completa del Gabinete, con únicamente efectos políticos. Es, a fin de cuentas, un conflicto, o mejor, el mantenimiento del equilibrio entre el poder Legislativo y el Ejecutivo. Dicho de otra manera, lo que refleja la concepción inglesa de la responsabilidad política es el control que realiza el poder Legislativo al poder Ejecutivo. En principio esta acción no sería requerida en ningún caso mientras el poder ejecutivo actúe en los marcos de la legalidad. La función del “impeachment” era casi descalificatoria al principio, para cambiar las líneas de gobierno a placer de los parlamentarios destituyendo al presidente del Gabinete. No atiende a la responsabilidad “vulgar” que he comentado más arriba, sino al acuerdo del Parlamento con las acciones del gobierno, y a la confianza que en ello ponen. Por lo tanto, el desarrollo que tendrá esto posteriormente se inclinará hacia la “cuestión de confianza” y a la “moción de censura”.

Milton

Milton

El problema tal vez, como destacan tanto Locke en su Segundo tratado sobre el gobierno civil como Milton en El título de los reyes y magistrados, se encuentra en la prerrogativa. La prerrogativa es la capacidad de actuar del poder Ejecutivo sin la mediación del Legislativo, como una decisión y acción autónoma del gobierno. Si existe la mediación del Parlamento, las decisiones del poder Ejecutivo entrarán siempre (presumiblemente) dentro de la legalidad vigente, ya que precisamente el Parlamento el que encarna esta legalidad. Pero la actuación por prerrogativa corre el riesgo de resultar “ilegal” sin la participación del cuerpo que encarna la legalidad. Y dado que es el Parlamento el que elige al presidente y no a todo el conjunto Gabinete, la acción por prerrogativa puede representar una traición del presidente hacia sus electores. Es entonces cuando aparece el “impeachment” como “cuestión de confianza” o “moción de censura”.

El principio de responsabilidad política será, desde la perspectiva inglesa, contemplado pues como un principio de solidaridad y de confianza: solidaridad en tanto que el cuerpo del gobierno actúa como un cuerpo único, y todos los ministros bajo la dirección del presidente toman una postura de acción conjunta, y las decisiones no se adoptan en la medida que tal o cual ministro ha sido quien la ha propuesto, sino en representación de todo el Gabinete colectivamente. Y confianza en tanto que es el Parlamento el que asume la tarea de regular y aceptar las acciones del Ejecutivo (seguir una orientación satisfactoria), y la labor de este de mantener esta confianza, es decir, de mantener la unidad del gobierno. Claro está, esto se supone cuando existe una cierta independencia de los miembros del Parlamento, porque en un sistema de partidos como el actual, una mayoría absoluta excluye estos dos principios, como comentaré más adelante. Ante esto se asume que el Parlamento es la representación esencial de todo el electorado, por ello en último término el gobierno no responde ante el pueblo sino sólo ante el Parlamento. Por lo tanto la responsabilidad política como se define en Inglaterra a partir del s. XVII corresponde simplemente a la adecuación entre la línea de gobierno del Gabinete y el Parlamento. La legalidad y continuidad del Gabinete se nutre del apoyo del Parlamento, que es la voluntad del pueblo en unas elecciones, y mientras toda acción gubernamental se adecúe a esta voluntad, no tiene que dar cuentas de responsabilidad en ningún caso. Pero, ¿qué sucede cuando el gobierno actúa sin seguir la voluntad del Parlamento, o más aún, del pueblo? Esta pregunta la responderé más adelante.

Locke

Locke

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