El Químico VI

Partes I, II, III, IV, y V

– Caso HGW XX/7. Grabación Nº7… Ha estado describiendo los asesinatos. Sigo perplejo ante la justificación de dichas atrocidades. No veo arrepentimiento ninguno en sus palabras y sus gestos, ni culpa, desgrado… nada en su cara cuando habla. Es tremendamente neutro, indiferente… Lo describe todo, con detalle. No llega a ser macabro ni morboso, ni se le ven intenciones de sadismo… sólo describe. Paso a continuación a resumir cada uno de los asesinatos, cuya descripción pormenorizada tanto por el reo como por la policía, así como la relación de los casos particulares abieros se encuentran en el documento… veamos… E5-1/50… páginas de la 23 a la… 144. Un dato importante es que no existe ninguna relación conocida entre el reo y las víctimas ni entre las propias víctimas.

Nº1: Hombre, 26 años, muerto a golpes durante una pelea… Fue repetidamente golpeado con un adoquín en la cabeza hasta morir. Según el reo, en aquel momento le sobrevino la «saturación de existencia», y actuó fuera de la «humanidad», momento en que la superó… Hace mención al «teatro vacío», del que ha prometido hablarme.  Dicho acto se debió, y cito: «bajo la apariencia pretendía engañarme arguyendo estar lleno de substancia… pero no era así… pretendía engañarme con la mirada estética, mostrándome una máscara superficial, contraria a la realidad. Posesiones y cosmética. Eso no dice más de ti que estás vacío por dentro, ya que sólo ambicionas exterioridad aparente, no lo de dentro… pero seguía intentando engañarme… y tuve que mirar dentro de él, para comprobar su mentira…» Ocurrió en la puerta de un bar, ante 30 personas -más o menos-. No tenía alcohol en sangre, no se le vio enajenado… estaba sereno y consciente. Se dijo que fue un accidente. Salió libre con cargos, condenado a trabajo social. A partir de entonces se pierde su pista hasta pasados seis meses. El resto de asesinatos fueron seguidos, y sin sospechas de la autoría.

Nº2: Hombre, 35 años, apuñalado siete veces en el pecho. El cadaver se encontró tras una iglesia. No hubo testigos. La explicación del reo es la siguiente: «era un verdadero hipócrita moral… Se pavoneaba por la calle con su máscara de eticidad impecable… un conservador, un moralista de los de la vieja escuela, que mostrando su presunta rectitud moral, pretendía convertir al resto de personas a su ‘credo verdadero’… y sin embargo era el más vicioso e inmoral de todos… igual que la gente que él criticaba, o incluso peor… era un parásito de la buena fe y del buen actuar, y a la sombra de su séquito, pasaba a cuchillo su moralidad intachable y la contradecía como si no existiera… era un anti-intelectualista, escoria…»

Nº3: Hombre, 23 años, muerto por asfixia y posteriormente carbonizado en una hoguera. Fue quemado vivo en el patio de la facultad de… (sight) psicología, por la noche, con el edificio cerrado por fuera. Al parecer se traba de una alumno con un curriculum intachable. Nadie sabe ni vio nada, ni cómo entró en el edificio sin permiso, ni de dónde sacó la madera… Cuando llegó la policía y los bomberos, el joven ya había muerto y se consumía en el fuego. Acerca de esto, el reo comentó: «al igual que a los herejes se les condenaba a la hogera por su blasfemia, él no concordaba con la fe oficial, por alguna práctica subersiva, debía arder… Pero no por lo mismo que los herejes, obviamente. No fue intolerancia. Es por el mal uso de las artes y las ciencias, por su actitud endiosada… Los conocimientos, las habilidades aprendidas, son un regalo, y más hoy día que todo el mundo puede aspirar a la inteligencia… pero él lo usaba como herramienta para fines egoistas. Su intelectualismo pedante era una verguneza para la gente que de verdad aspira al conocimiento desinteresadamente, o por terapia eudemónica. Por eso, la caza de brujas se dirige a los falsos intelectuales, que bajo su máscara de conocimiento pretenden erigirse en altares como dioses del saber, cuando el saber de lo que debería concienciarnos es de nuestra mísera existencia…»

Nº4: Hombre, 25 años, tiroteado. Su cadaver fue encontrado en una obra, donde al parecer, estaba robando material de construcción. Destaca de este individuo su estética, de carácter punk, que presumiblemente se relaciona con el porqué de su asesinato… no hubo testigos. Sólo dos viandantes escucharon los tiros. Es reo comentó lo siguiente: «dígame, ¿usted espera que las personas con las que trate sean consecuentes con sus ideas? Sí, claro que sí. Pues el mundo espera lo mismo de sus habitantes… no ya ser consecuentes con el mundo, sino con el papel que te has otorgado en el mundo… Las voluntades de los hombres pueden ser buenas, pero si no se ven justificadas con sus acciones, prácticamente no existen. Las buenas intenciones de un revolucionario, de un ‘filósofo de la miseria’, caminan hacia la realización de la voluntad de todas las personas en un mundo que es igual para todos. Pero ser un hippie que prefiere una determinada marca de caviar… no es… no son suyos los galones que se pone. Ellos han sido siempre fusilados cuando eran odiados porque sabían que el mundo es mejor, y ellos que han fusilado a los retrógrados por querer un mundo que no era. Si olvidas tu ser en el mundo y lo empañas de placeres, es hora de probar de tu propia medicina revolucionaria.

Nº5: Hombre, 29 años, muerto por asfixia. Encontrado en su cama, sin signos de violencia. No hay cerraduras forzadas en la casa. No hay nada que diga que el reo haya estado allí. Excepto su confesión: «la amistad es algo supremo, ¿no cree? La amistad entendida como confianza ciega, confiar más allá de los hechos… Casi podríamos decir fe. El amigo es un dios todopoderoso, pero claro, cuando se adora a un dios, se le pide a cambio algunas muestras de su favor. ¿Usted creería en un dios adverso, que aún con buena cara, le hace mal a sus espaldas? No, por supuesto que no le adoraría… Por eso, si un amigo le «traiciona», su fe se quiebra y deja de creer… Si dejamos de creer en un supremo como la amistad, ¿en qué podemos creer? En nada… hay que eliminar lo falso del deber… creer es natural.»

Nº6: Hombre, 46 años, presuntamente enterrado vivo. Apareció en una fosa del cementerio municipal. Sin testigos. Político influyente en la alcaldía de la ciudad… Dice el reo: «esta máscara es casi la más infame… la del poder… moralismo laxo… estética esperpéntica, de chiste,… y la confianza rota del pueblo que cree y confía en él… lo une todo y lo destruye todo… y por ello se entierra bien profundo, para que no salga.»

Nº7: Mujer, 24 años, envenenada. Es curioso que sea la única mujer. Aparecida en actitud de sueño, en su cama. No presenta violencia… ni violación. Es más, según la policía, al levantar la escena del crimen, comentó en su informe que la estancia estaba sumergida en una sensación amorosa. No hay testigos (obviamente). Y no se ha encontrado una relación real entre el preso y la muchacha. La única relación posible es que pertenecía a la misma facultad que el que ardió en la hoguera. Lo más curioso resulta que las palabras del reo, mientras que hablando del resto su voz era fuerte y determinada, describiendo este último se volvió más indeciso, suave, no tan violento como antes. Habló de la siguiente manera: «su imagen ideal aparece y desaparece… y cuando menos te lo esperas, sin avisar se te lanza. Y fantaseas al verla. Te ves a ti mismo como un caballero andante… la salvas, y ella te lo agradece… y no necesitas más. Serías feliz abrazándola eternamente. Pero el amor… es la peor de las máscaras. Todo lo que le he contado viene de fuera, heterónomamente, hacia dentro. Desde un ‘deber ser’ instaurado, desde lo estético, que domina al ser… El amor es un camino en la interioridad, pero en dos cuerpos… y eres feliz. Sin embargo, como todo lo que requiere de un afuera -se lo he dicho, en el amor uno está divido en dos materialmente-, acaba cayendo en una máscara… Ves su mentira de amor, y te ves a ti mismo reflejado en su mentira, y entonces tú mientes… Arráncate el corazón y dáselo a una mujer… ella lo mirará con ternura unos segundos y lo despreciará el resto de tu vida… terminas de morir por dentro. Todo el candor que podía haber sentido antes se había esfumado… y fue muy triste, y lloré. Me volvió neutro, indiferente, insensible… Para cerrar el círculo era natural que acabara con ella, aunque fuera lo que más me dolió en toda mi vida… no dejé de amarla cuando la vi morir… y todavía la amo…»

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