Y no sólo pasa con la filosofía en la Academia, sino en general con todo el sistema educativo. ¿Somo de verdad monigotes sin extemidades (posibilidad de elección) a los que imponen unos conocimientos, sin posibilidad de que nosotros escojamos, reflexionemos? Y el martillo cae demasiado lejos…
Siempre podemos cerrar los ojos y gritar.
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Para eso tengo una viñeta del Roto que cuando la ponga te diré, «esa es».
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